La murmuración, el tedio y la intriga están en el centro de esta Historia vulgar, cuya trama se desplaza con prodigiosa y conservadora en los primeros años del siglo XX. Ciudad pequeña, obstinada, ciega y orgullosa como la mayor parte de sus innumerables habitantes, a quienes atan los lazos de la tradición, la naturaleza, el vicio y el error. En esta como en sus otras novelas, Rafael Delgado (1853-1914) opera bajo la ética del escritor que de lejos parece identificarse con la escuela naturalista, para entregar un limpio relato de amor a los ojos del historiador imparcial y del cronista verídico que animan sus páginas. Historia vulgar vive en su celebración de lo perecedero, enigmático devenir de los trabajos y los días de todos y cada uno de sus personajes.