Un libro que oscila lo mismo en el Callao que en la abrumadora noche blanca de los veranos finlandeses. De versos punzantes, la escritura poética de Roxana Crisólogo apunta a hacer un recuento del estado de las cosas, de su presente, sobre todo, de la experiencia de ser migrante. Este volumen es una mirada a través de las distintas rutas que va anclando la trashumancia, ese sentido del viajero en serio, que no pierde detalle de las coordenadas, un vehículo para recorrer con ojos y tímpanos los interiores del mundo.