Los estudios de literatura extranjera y los de temas de arte que escribió Altamirano muestran un esfuerzo por enriquecer su personalidad cultural con nuevas especialidades. Quería dominar todas las disciplinas de la creación y del estudio: la poesía, la novela y el cuento, la oratoria, la historia, el periodismo político y cultural, la crónica, el costumbrismo, el ensayo doctrinado y la crítica teatral, de literatura nacional y extranjera, y de temas de arte. Caso su ambición era desmesurada. Sin embargo, no lo movía la vanidad sino una vocación didáctica de servicio, que quería ampliar y profundizar, en torno a la doctrina rectora de cuanto escribió: afirmar la dignidad cultural de lo nacional, modernizar las instituciones, abrir la perspectivas intelectuales de los creadores y estudiosos, y contribuir al mejoramiento general de nuestro pueblo.