La historia de México está llena de grandes momentos épicos y héroes memorables, pero desafortunadamente también de episodios vergonzosos plagados de traición, ambición desmedida y deshonor, como los que se narran en esta primera entrega de los divulgadores de la historia más populares de la televisión.
En 1847 un grupo de liberales le propuso al general estadounidense Scott quedarse a gobernar México.
Si algo define la historia de México son los fusilamientos y asesinatos a mansalva: Miguel Hidalgo fusilado, Melchor Ocampo fusilado, Francisco I. Madero asesinado, entre muchos, muchos más.
¿Moctezuma fue un cobarde al permitir a los españoles la entrada en Tenochtitlan sin oponer resistencia?
A los mexicanos nos cuesta mucho creer en las instituciones y en la ley: seis constituciones en casi doscientos años de vida independiente dan testimonio de ello
Se dice que la línea recta es el camino más corto entre dos puntos. En el mundo real eso no es cierto, salvo quizá para los pájaros y los aviones; y ni siquiera, puesto que su trayectoria se ve invariablemente afectada por factores externos: corrientes de aire, cambios de presión o la densidad de las nubes que se encuentran a su paso. Si queremos ir caminando de un punto a otro, nuestro recorrido tendrá que considerar obstáculos de diferente naturaleza, de tal suerte que nuestra trayectoria alternará desvíos a la izquierda con desvíos a la derecha, formando al final un serpentón. Habríamos seguido una trayectoria en forma de meandro. Esta palabra, proveniente del griego Maiandros --nombre de un río de Anatolia, hoy Turquía-- es el término con el que se describe la forma de los ríos. El río, el fluir de arriba hacia abajo atraído por la fuerza de gravedad y susceptible a los obstáculos que va encontrando en su camino, sigue siempre un patrón en forma de meandro. Es una forma que nos habla de recorridos, pero que permite acomodar también sistemas muy largos en volúmenes reducidos, como es el caso de los intestinos --siete metros es el caso del intestino delgado--, que logran compactarse en un espacio pequeño gracias a que adoptan un acomodo en forma de meandro. El Meandro es una invitación a descubrir por qué ésta forma se encuentra en todos lados; en la naturaleza, pero también en la técnica, como nos lo confirma el acomodo de las mangueras antiincendios, los disipadores de calor y los radiadores, por sólo citar algunos ejemplos. Fabricio Vanden Broeck juega con este concepto, con el apoyo de un brillante trabajo de ilustración, para lograr que los lectores se familiaricen con el amplio campo semántico que éste abarca, que va de la naturaleza a la tecnología, e incluso --recordando a Borges-- a la literatura.