Hacia 1870, en Montevideo, Richard Lamb, un joven inglés, abandona a su esposa Paquita para ir en busca de trabajo en el interior del país. Cuando parte no puede saber aún que lo que está persiguiendo en realidad es un pretexto ilusorio que lo llevará a explorar la inmensa vastedad de las llanuras de la Banda Oriental (hoy Uruguay). El protagonista, cuyo tipo remonta innegablemente al Ulises de la Odisea y al de otros héroes errantes, nos cuenta sus aventuras con un refinado sentido del humor que hace de ésta una historia única y extremadamente entretenida: Borges mismo la calificó como uno de los muy pocos libros felices que hay en la tierra. La tierra purpúrea recrea con cierta nostalgia el mundo gauchesco de antaño y, exaltando la vida pastoril, realiza una crítica oblicua a la civilización occidental, a la urbanización e industria irrefrenables que alejan al hombre de la auténtica inocencia y felicidad. Con esta obra, considerada como una de sus mejores, William H. Hudson logró formar parte del canon literario argentino; Borges vio en ella la novela primordial del criollismo.