En la literatura sueca, Agnes von Krusenstjerna
abrió el camino para que escritoras posteriores
pudieran explorar la identidad sexual y escribir
libremente sobre el cuerpo y el erotismo de las
mujeres. Su prosa, comparada con la de Marcel
Proust por más de un crítico, describe el mundo
agonizante de la aristocracia sueca, de un sistema
social que avanza hacia el vacío. Su precisión
estilística y exquisito sentido del equilibrio entre la
empatía y la ironía burlona hacen que su escritura
sea social y psicológicamente reveladora.