La autora examina las estrategias de representación de las imágenes sobre la conquista de México y sus protagonistas, las cuales fueron creadas en el imaginario de la pintura novohispana a finales del siglo XVII. Pone énfasis en el papel de los discursos visuales dirigidos a convencer a propios y extraños de que la Nueva España se había fundado sobre un antiguo imperio de grandes riquezas ganado gracias a la sagacidad de los ejércitos españoles comandados por Hernán Cortés, convirtiéndose inmediatamente en uno de los territorios cristianos más leales y fructíferos de la Corona española