Mariana y Mateo se conocen en el cine, mientras el amable señor Piot proyecta Amor sin barreras. La semana siguiente se vuelven a encontrar y la siguiente también. Inevitablemente, aunque tratan de resistirlo, se enamoran. Sin embargo, ambos se guardan un gran secreto al parecer muy grave. No lo sería tanto si supieran que es el mismo.