En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
En el siglo XIX por primera vez en la historia de la literatura pudieron leerse relatos protagonizados por mujeres escritoras, periodistas o detectives, que ejercían la medicina o administraban un banco; mujeres que abandonaban, sin caer en el melodrama, a sus maridos, o que veían la muerte de éstos como una liberación. La crítica a la sumisión era por primera vez feroz, y tan convencida que en algún caso hasta se permitía ser magnánima.