Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Pablo Ramos vuelve a la carga con su álter ego, Gabriel. El chico arrabalero de El origen de la tristeza (Malpaso, 2014) es ahora un hombre, aparentemente triunfador pero en realidad desgraciado, marcado por una infancia dura. Regresa al territorio de su pasado tras recibir la noticia de la muerte de su padre. Lo espera un velorio de dos días con sus noches, el reencuentro con su familia, con sus exmujeres, y también una serie de terribles cuentas pendientes con un padre inaccesible. El retorno también es una recaída en el alcohol, la cocaína y el sexo ciego; en todo aquello que había provocado su marcha. La redención llegará a través de la escritura, que acabará por purificarlo a golpes, con ferocidad. Pablo Ramos se aventura en un tema que recorre la literatura desde Hamlet hasta La invención de la soledad de Paul Auster o Patrimonio de Philip Roth, la densa y decisiva sombra del padre en la existencia del hijo. El suyo es un acercamiento a pecho descubierto, sin reservas, exponiéndose a todos los riesgos.