Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Todo niño descubre con sorpresa, en algún momento,
que tiene un ombligo. Herbert también.
No entiende nada. ¿De dónde ha salido ese agujerito?
¿Se habrá hecho daño? ¿Será grave?
Herbert se ve arrastrado por su propia fantasía