Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Galardonada en 2011 con el Premio Booker Ruso a la mejor novela de la década, El abuelo es una monumental obra que hunde sus raíces en la tradición narrativa de los grandes clásicos rusos. En esta oda al pasado reciente, Chudakov nos ofrece un testimonio casi enciclopédico de la vida durante todo un siglo, haciendo especial hincapié en los difíciles años del régimen soviético: el exilio, la represión, el duro trabajo, el hambre. pero también la familia, la tradición ancestral, la cultura, la libertad y la esperanza. Chebachinsk, una ciudad al norte de Kazajistán habitada por exiliados políticos, es el escenario central de esta historia que abarca las vidas de cuatro generaciones y que se desarrolla en torno a las figuras de Antón, el niño que terminará siendo un historiador afincado en Moscú, y su abuelo, un prodigio de fuerza y sabiduría que a los noventa y siete años decide convocar a la familia ante la proximidad de su muerte.