Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Durante el Renacimiento, se lleva a cabo un enfrentamiento velado entre Florencia, representada por los Médici, y Roma, a cargo del Papa, en la forma de un asedio al fuerte de Castelmonte. En las calles de la ciudad toscana, habita un joven artista, inquieto y curioso, llamado Leonardo da Vinci, quien, con su capacidad para encontrar secretos hasta en los detalles más insignificantes y sus desafiantes ideas que trasgreden lo que la Iglesia reconoce como absoluto, se verá envuelto en intrigas políticas, conspiraciones e inventos incomprendidos que cambiarán el curso de esta lucha e, incluso, de la historia.