Los relatos de El pan de la vergüenza son un corte transversal en esas vidas pequeñas y sin grandes gestos heroicos que, por su ligereza, se aproximan más a la nuestra. A veces mediante el humor, y otras mediante un escueto acercamiento a las comunes y cotidianas desgracias. Armónica captura, mediante el uso de un lenguaje preciso e imágenes elocuentes, la complejidad y la contradicción de esos comportamientos que, a menudo, se dejan pasar sin prestar atención: una sonrisa a medias, una náusea contenida, una mirada vacilante.