En este tercer volumen nos encontramos inmersas en el cuerpo-territorio que se defiende y también en los cuerpos madres, hijas, y la madre tierra. Cuidadoras de abejas, cineastas, defensoras del territorio, poetas, edi toras, activistas, ensayistas, luchadoras, abogadas, mi grantes, caminantes, profesoras, todas escriben sobre nuestras condiciones de diferencia y de pertenencia, de respons-habilidad es decir nuestra habilidad de respon der, como diría Gloria Anzaldúa y de hacer hogar, crear a través de la palabra y la acción el lugar que habitamos. En estos textos el lenguaje es el sitio de la creación de comunidad desde la divergencia y la convergencia, desde la pluralidad, es el sitio de la ruptura y de la sutura.