Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El peculiar recetario, cuya utilidad práctica puede comprobarse en la actualidad, es definida por Ch. Bouret, editor original, como una obra que contiene los procedimientos empleados en la alta, mediana y pequeña cocina, la lista normal de los platillos que deben componer las distintas comidas, el método de aderezar los platos y de disponer los diferentes servicios de una mesa, y lo más selecto de las artes del pastelero, el bizcochero, el confitero, el destilador, el nevero.
Nuevo cocinero mexicano en forma de diccionario es un libro que articula un lenguaje, una práctica, un espacio y una temporalidad que permitirá a los lectores apropiarse y reproducir una imagen específica de comunidad nacional. Ofrece varios ejemplos de cómo las réplicas americanas dirigidas a los eruditos europeos procuraron un valioso material a la causa nacional mexicana. Es, sin duda, una muestra de la riqueza que ha permitido a la cocina mexicana haber sido designada Patrimonio de la Humanidad.