Una cortesana de París y un joven adinerado de provincia descubren que hay algo más que las fatuas diversiones de la vida social. Es entonces cuando superan fronteras a través de un amor verdadero. Violeta y Alfredo huyen de la sociedad urbana y se refugian en el campo. Pero aún así no logran escapar a las convensiones sociales, el padre de Alfredo exige a Violeta que, por el buen nombre de la familia, renuncie a su amor. Violeta representa una farsa ante Alfredo, vuelve a París y finge seguir con su vida anterior de cortesana. Solo el hecho de la muerte, la dama confiesa la verdad a Alfredo y encuentra la felicidad y el amor.