Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En este libro singular que tiene como norte la capacidad de esclarecimiento del método científico, Peter Atkins se asoma a las grandes cuestiones de la existencia, esas que angustian a la humanidad desde el principio de los tiempos y que son tradicional caldo de cultivo del pensamiento mítico y religioso, así como de aquello que se da en llamar difusamente espiritualidad. Con firme voluntad de desterrar la ignorancia conservando el asombro, el conocido científico y divulgador nos ofrece un texto de impecable lucidez sobre la naturaleza de la vida y la muerte, de los inicios y los finales, que ha sido alabado por figuras de la talla de Richard Dawkins o Philip Pullman, quien ha dicho de él: «Presenta una visión de la vida y de la muerte, de la materia, el espacio y el tiempo franca y coherente, así como libre de milagros, salvo por el milagro vivo y absolutamente material que constituyen la ciencia y el método científico».
