Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Aborda una de las principales inquietudes intelectuales de su autor, a saber, las implicaciones políticas del abandono del concepto teleológico de naturaleza. Al separarse las tendencias opuestas de libertad y autoconservación, que dicho concepto trataba de unificar, surgen dos posiciones políticas antagónicas que tratan de imponerse: la izquierda y la derecha, los liberales conservatives. Mientras los primeros representan la emancipación del individuo el denominado por Freud principio del deseo los segundos luchan por la seguridad, por el mantenimiento de las condiciones de conservación el principio de realidad freudiano. La singularidad de Rousseau consiste en haber encarnado de un modo ejemplar ambas tendencias, convirtiéndose en precursor de todas las grandes posiciones políticas de la modernidad.