En 1755, la Enciclopedia arrojaba una o a la basura: lo que hasta ese entonces se había llamado, en francés, oeconomie (oikonomía) se convierte en économie economía. Al perder la o, la economía va perdiendo progresivamente la memoria de su sentido original (oikos, casa, nomos, ley), y se independiza de la gestión del resto de la sociedad, hasta el punto de presentar las leyes que enuncia como si fueran leyes naturales a las que sólo podemos suscribir.