El autor analiza cómo la corrupción ha permeado el sistema
político mexicano convirtiéndose en una norma en lugar de
una excepción. Describe las prácticas que permiten actos
corruptos, desde la asignación política de puestos públicos
hasta la opacidad en la información y la discrecionalidad en
el manejo de presupuestos. Merino propone que, aunque la
corrupción parece arraigada, es posible cerrarle las puertas
si se atacan sus causas fundamentales, y nos ofrece una
visión clara y esperanzadora sobre cómo transformar las
instituciones públicas y reducir el abuso de poder que ha
capturado al Estado.