Hasta hace pocos años existía un hiato en la historia mesoamericana que no se podía explicar satisfactoriamente. En efecto, después de la caída de Teotihuacan alrededor del año 700 DC., y hasta el año 900 D.C., que se atribuía para los inicios de Tula, venían dos siglos en que el dato arqueológico apenas podía responder a las interrogantes planteadas. Salvo la presencia de Xochicalco, en el actual Estado de Morelos y otros asentamientos del Valle de México y áreas cercanas, la verdad es que faltaba información que nos aclarara de manera satisfactoria lo que había ocurrido en ese lapso de tiempo tan importante para el desarrollo mesoamericano.Las siguientes páginas habrán de proporcionarnos este conocimiento. De esta manera, el Corpus Precolombino cumple con la tarea que se ha impuesto de difundir en varios tomos las diversas culturas mesoamericanas. Entremos, pues, en el pasado de estos pueblos cuyas obras han desafiado el paso del tiempo.Eduardo Matos Moctezuma