Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Es una combinación de varias situaciones. Son las primeras fotos que tome con cierta seriedad en mi vida. Saliendo de la universidad de cine y en la carrera de foto, me volví loco cuando conocí el trabajo de Nan Goldin, Wolgang Tillmans, Martin Parr y William Eggleston y me decidí a que quería ser artista, ser fotógrafo. Quería que las fotos fueran a color. No había mucha mas intención que eso en el comienzo, sólo tomar y tomar fotos. Quise salir de Argentina a tomar talleres de foto y viajar, y me decidí por México. Acá tome un taller de un año en el Centro de la Imagen y obviamente mi cerebro explotó por esta ciudad y este país y eso quedó en mis fotos. Durante el taller me di cuenta que mis fotos eran un proyecto y empecé a afinar la metodología. Un par de años después conocí al Cristina Faesler, quien me invitó a presentar mi proyecto a una convocatoria para hacer libros, me seleccionaron, trabajé duro en la edición y en mas fotos y así surgió este libro.Una vez oí esa frase de Diane Arbus sobre ser fotógrafo de domingo y me gusto mucho. Luego me di cuenta que estaba tomando fotos los días domingos porque era cuando más me gustaba salir a caminar para no deprimirme y no extrañar a mi familia en Córdoba... dicen que los domingos a la tardecita es cuando uno forja su carácter. Eso se sumó a que me empezaron a interesar los espacios abandonados y situaciones un poco vacías de aparente contenido obvio, y eso es algo que los domingos pasa mucho. El título surgió ya empezando a editar y se volvió una especie de chiste sobre el mayor tema de la historia de la fotografía, la realidad entre verdad y mentira. Nadie te puede asegurar que yo tomé todas las fotos en domingo.