En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
El fotógrafo, a diferencia de las demás personas, es quien más conciencia tiene de la peculiaridad de su punto de vista, de que su universo no es compartido por los otros, y de ahí su empeño en rescatarlo y en obligarnos a ver desde su lente, porque no sólo es el trozo de realidad que elige, la sección que arrebata al espacio y al tiempo, ni el ángulo desde el que dispara, ni la combinación de luz y sombra que espera o produce, sino también su mundo personal ante el que decide abrir una ventana por la que nos asomamos. Ventana o fotografía en la que terminamos viendo lo que él mira: su mundo y más aún, pues lo que revela el cosmos peculiar de cada fotógrafo es, en el fondo, su mirada. Lo que realmente vemos en esa mirada en la que están sus gustos y sus fobias, sus reflexiones y sus obsesiones, su pasado y sus esperanzas; su individualidad.
Óscar de la Borbolla