El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Rechazando cualquier intento de clasificación o etiquetado al uso, quizás la carta final que hay que poner sobre la mesa es una rotunda conclusión: como todo auténtico artista moderno, Pérez Rubio fue al mismo tiempo un espejo y un proyector de las enormes contradicciones que caracterizan el siglo XX.