El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
En los años de 1920. Buenos Aires crecía y prosperaba. Cada día los tranvías acercaban al centro a los vecinos de los nuevos barrios. Allí se concentraban las oficinas, los comercios y el entretenimiento los cafés, los cines. Los restaurantes, los cabarés y prostíbulos, y también los teatros, que eran muchos y muy concurridos.