Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Cuando Mario se encontraba enfermo, un niño quiso expresarle su amistad por medio de un dibujito titulado La calle de colores. "Te mando este dibujo para que le hagas un cuento" le pidió el patojo, pues sabía que Payeras era escritor. Días después, el pequeño recibió este cuento que ahora publicamos. Después de ese hecho, muchos otros niños le enviaron al autor de El monstruo de la calle de colores en agradecimiento por haberles alegrado la hora con esta historia.