Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Durante años el teatro para niños ha sido una de las asignaturas más pendientes del teatro mexicano. En esta edición de La Centena encontramos dos obras de Maribel Carrasco, una de las autoras más serias y consistentes que se han acercado, tanto en la escritura como en la puesta en escena, al universo de los niños. Carrasco, como en otros de sus textos, enfrenta a los niños con problemas reales por medio de un lenguaje fino, delicado, humorístico y pleno de inteligencia. Como homenaje a la ópera, La venganza del gato Boris es un viaje musical que abre la imaginación y la posibilidad del gran espectáculo y también una reflexión sobre la amistad y la traición. Mientras que Morritz y el pequeño Mons, de manera por demás ingeniosa, nos introduce con novedad en uno de los temas recurrentes de los niños: el miedo, la oscuridad y sus enigmas, la pipí como sucedáneo de la parálisis nocturna ante el terror que causa cruzar el umbral de la puerta y el corredor sin luz. Ambas obras nacen de preocupaciones que tienen los niños reales y retratan parte de su mundo y de su imaginación. Aquí hay algo más que buen teatro para niños hay, simplemente, buen teatro.