Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Estos cuentos mínimos son una procesión de hagiografías, entradas de diccionario, noticias del paso de lo divino por nuestra tierra. Son también la prueba asombrosa de que Alberto Chimal seguramente es hijo del diablo y merece las excomuniones que ha acumulado contra su alma, pero también el cielo de nuestra risa y las indulgencias de nuestra admiración a su escritura velocísima.Alberto Chimal ha pasado de ser el más importante, el más interesante, el más divertido de nuestros escritores de ciencia ficción, a cubrir campos cada vez más amplios de lo fantástico, apropiándose otros registros para ejercer con maestría los oficios de la imaginación.En Grey ha decidido, de heterodoxo, devenir iconoclasta y heresiarca. y con su recorrido, demuestra que todo texto sagrado es un ejercicio de estilo, un conjunto de reglas que si se comprenden permiten el juego, el gozo, la infinita alegría de la modificación subversiva.En este libro inclasificable se oyen, junto a las voces de la ciudad y su infinita mezcla de clases, las bibliotecas interminables de la lengua y de las lenguas, las contaminaciones abiertas de los medios más ramplones de comunicación y las profecías tonantes de un siglo nuevo de magnífica literatura.