Los reyes pasan la tarde resolviendo asuntos importantísimos, no haciendo la tarea; tienen cientos de sirvientes, no hacen mandados; viven en lujosos castillos, no en departamentitos; son amenazados por peligrosos adversarios, no por el gandallita del salón. Pero nada de eso le importa a Pancho, quien amaneció decidido a ser rey y está dispuesto a hacer lo que sea para lograrlo.