La poesía de Trakl es el diario de la agonía de un marginado en un mundo moribundo y marginado a su vez: el mundo muere pero el poeta muere antes. La destrucción, en Trakl, queda como imagen poética, porque ya no le tocó vivir las grandes destrucciones de la guerra, ni las reacciones a ella, el dadaísmo, la negación del mensaje poético, el surrealismo. Y sin embargo, su poesía parece hoy más actual que nunca, porque nosotros hemos vivido asimismo una especie de decadencia poética sin cataclismos