El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Estos testimonios han permitido a los historiadores tener una perspectiva distinta, más rica y vivida, de la revolución ya que además de los datos se descubre a los protagonistas; casi todos los narradores eran niños en aquellos años y hablan de su infancia y de las personalidades y alegría por lo que pasaron. Se trata de testimonios originales y por lo tanto necesarios para comprender la realidad actual, pues la conciencia del pasado es lo que hace posible un proyecto de futuro.