Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
¿Qué tan osado es estudiar a dos poetas que no son estrictamente contemporáneos, que vienen de distintos orígenes culturales y que escribieron en lenguas diferentes? No demasiado, parece responder Pedro Serrano en este libro, pues Octavio Paz y T.S. Eliot coinciden en muchas de sus preocupaciones y resultados: son casos paralelos que nos ayudan a entender ese periodo central del siglo XX que conocemos como "poesía moderna".Una de esas coincidencias es el temple crítico de ambos poetas, que los llevó a oponer sus principios, en muchas ocasiones, a los valores principales de la sociedad moderna en que vivieron. Fue precisamente la manera en que estas oposiciones fueron defendidas y asumidas lo que hizo de ellos paradigmas de la poesía del siglo XX.Los autores de La tierra baldía y Piedra de sol, respectivamente, tuvieron que ejercer diferentes movimientos estratégicos, tanto en su vida como en su obra, para lograr sus objetivos y vencer sus propios obstáculos. Este libro de Pedro Serrano demuestra cómo el lograrlo en su literatura y el experimentarlo en sus vidas fue su modernidad.