El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
La caja X puede ser cualquier cosa: la memoria, la existencia, el deseo, el misterio. Puede ser el poeta mismo, en alusión a una interioridad sensible y una racionalidad innombrable. También La caja X puede ser un reservatorio estético fragmentado cuyos elementos cuentan al menos con quince años de incesante trabajo poético. Esta colección de poemas, osadamente anárquica, encuentra su unidad en la intención de grabar instantes existidos. La evocación fundamental que da sentido al libro encuentra resonancias en la memoria mecanizada de los videojuegos, objetos omnipresentes en la vida del autor.