Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Edgar Pérez González ronda los cincuenta años de edad. Es viudo, regordete y se mueve en el mundo que ha creado para sí: mediocre y sin mayores sobresaltos gracias a su trabajo de historietista y guionista de fotonovelas. Ello hasta que empieza a conocer a mujeres, en su mayoría más jóvenes que él, que llegan a su vida de una forma tan insospechada como sus crueles y trágicas desapariciones, y que comparten el gusto enfermizo por convertirlo en un personaje patético, indigno, fracasado y que sólo sirve para dar cierta seguridad a su pareja en turno. Con Morderán el polvo, Gerardo de la Torre logra por medio del humor negro inscribirse en esa preciada y ácida tradición de la literatura mexicana a la que pertenecen Rodolfo Usigli, Rafael Bernal y Jorge Ibargüengoitia.