Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
No resulta infrecuente ni extraño que Gerardo Deniz sea considerado un escritor peculiar, insólito y críptico. Su escritura, que procede de la erudición no siempre azarosa de un lector, de un químico, de un corrector editorial, de un traductor autodidacta, de un paseante, parece original e imposible de imitar. En Red de agujeritos, Fernando Fernández ha reunido sus colaboraciones periódicas en la revista Viceversa, las cuales no prescinden de un sentido del humor natural e íntimo que incita observaciones incisivas, comentarios sagazmente distraídos, remembranzas de lecturas y gatuperios, de curiosidades científicas, de historias profesionales de la psique —incluido un diálogo austral—, del análisis de Juan Almela de un poema de Gerardo Deniz ni del interrogatorio al que Fernando Fernández, que era el director y fundador de Viceversa, lo sometió en aquellos años.
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