La presente edición se realizó en el marco de la exposición que con el mismo nombre se presenta en el Museo Nacional de San Carlos, reúne 50 obras con las que se intenta dar luz  sobre la representación de la mujer desde la visión histórico-artística, enfatizando los cambios, constantes e hitos en la parte más iluminadora del retrato humano: el rostro.La exposición busca representar algunos temas paradigmáticos del quehacer femenino: la maternidad, la belleza clásica, la faltas de expresión, el estatismo y la sumisión ante el poder masculino. En los rostros femeninos llegan a reflejarse eventos de suma gravedad en el devenir de la narrativa histórica: la belleza femenina por ejemplo, es a veces supuesto factor de perversión de los corazones masculinos, pero en realidad encierra en el trasfondo una masculinidad mezquina, descontrolada y salvaje como es el caso de la obra titulada Susana y los viejos. En otras ocasiones las mujeres son protagonistas de encendidas muestras de santidad y devoción, su presencia en ciertos discursos visuales puede ceñirlas y limitarla a papeles dictados por los mitos griegos, a representar la opulencia del marido, a mostrar la vida de  martirio de la monja coronada o el sufrimiento de aquella perseguida, o a servir de simple objeto decorativo ignorando su historia y potencial.La exposición abunda en retratos renacentistas, manieristas, barrocos y decimonónicos, presenta también obras de artistas mexicanas contemporáneas, quienes dialogan con absolutas libertad con las mujeres del pasado.Lograron reunirse un buen número de obras maestras de Europa y de América, a las se cuales se sumaron  piezas representativas de la reciente producción de las artes visuales nacionales.