Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
En un burdel de Casablanca habitado por magnate, poetas alcohólicos, proxenetas y mujeres-flor, transcurre Damiselas de Numidia. El narrador se instala en la vida nocturna para describir las historias de un mundo sórdido, donde se mezclan escenas de ternura y crudeza, en las cuales resuenan tanto las imágenes de la erótica clásica, como las traducciones de Sir Richard Francis Burton o los textos de Jean Genet.Entre el costumbrismo sucio y el islamismo callejero, el humor corrosivo, la erudición y el gusto por la palabra se reúnen: "no bautizados, paganos de buena fe y escépticos sinceros", para evocar un universo ligado a una sexualidad proscrita en los estados musulmanes contemporáneos, donde las metáforas de la poesía árabe sirven a Mohamed Leftah sólo para marcar la ruptura con su propia tradición.