Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
En el cuentario Mexicanos por patria y provincia Marcovich descubre que, pese a que el universo se expande, cada vez hay menos espacio. Con sarcasmo y humor franco, sus personajes quieren vivir tranquilos, pero no los dejan. En estas páginas el lector encontrará viudas fascinantes, amigos esquizoides, narcos que han visto mucha televisión, militares que sirven para maldita la cosa, congresistas new age, jovenzuelas encantadoras, hombres solos y futbolistas típicamente atípicos. El tema de María y su inmaculada concepción tampoco escapa a su pluma, ni el de Dios y sus extrañas intenciones o el por qué México se singulariza por ser un país deliciosamente absurdo. Con casi cuarenta años de residencia en nuestro país, Gustavo Marcovich nos entrega en Mexicanos por patria y provincia una serie de cuentos que no sólo describen tipos locales, sino que se da el tiempo de tocar temas religiosos --abordados éstos desde una, digamos, teología humorística. Con toda seguridad la lectura del texto resultará del agrado de los lectores.