Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El libro surge como un reto para escribir sobre la enfermedad y sus metáforas a partir de la siguiente pregunta: ¿Cómo narrar el contagio y la enfermedad hoy día? Sin límite de páginas, sin corsé ni reglas. El interés radica en que, pese a su proliferación en la más reciente literatura latinoamericana, el tema había sido ignorado por parte de la crítica contemporánea. El resultado son una serie de relatos especialmente escritos para la ocasión que abordan la enfermedad a partir de numerosos y muy distintos ángulos: desde la narración en clave de humor negro y corrosivo de una hija cuya madre padece tantas dolencias como ella misma hasta una locutora de radio obsesionada con los contagios y las epidemias. La calidad de los textos y la manera en que abordan el tema sorprenderán e impactarán tanto a la crítica como a los lectores.