Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Ibán de León (Oaxaca, 1980) es licenciado en letras hispánicas por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Fue becario del FECA de Morelos (2004), de la f.LM (2009-2011) y del PECDA de Oaxaca (2013). Es autor de Oscuridad del agua (Instituto Sonorense de Cultura, 2012). Ha merecido distintos reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Poesía Sonora (2011) y el Premio Nacional de Poesía Francisco González León (2014).
Abriré la ventana y este mar del verano inundara mi voz.
Este verso de Iban de León refleja con exactitud del aliento que anima su apuesta literaria. Si es posible definir su poética, esta comienza mostrando una vocación por la apertura y una búsqueda para ser habitado por el transcurrir del mundo. Aquello que azora su mirada renace en sus palabras después de un paciente recorrido. Estaciones Nocturnas -Libro ganador del Premio Poesía Amado Nervo 2014- es una exploración apasionada de la infancia como un surtidor de revelaciones, los recovecos nocturnos, la presencia de la soledad, el mar y la memoria.
Los poemas que integran este volumen destacan por su precisión sonora y plástica. Y manifiestan un claro deslumbramiento ante el paisaje, que no se define tanto por ser aquello que el poeta observa, sino por los ecos íntimos que despierta en cada uno de nosotros.