Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Los ensayos que conforman este libro tratan de explicar las imágenes a través de las cuales la literatura europea del siglo xx ha intentado configurar una o varias representaciones de México a lo largo de su historia, con el fin de llegar a comprenderlo. Durante el siglo xx se produjo una especie de avalancha de escritores europeos a nuestro país. Algunos llegaron durante la primera mitad del siglo, un periodo esencialmente convulso que destrozó Europa en guerras fratricidas. Unos venían huyendo de esas guerras, otros sencillamente decepcionados por el camino que tomaba el viejo continente por esos años. Pero en todos ellos privaba la ilusión de encontrar en México lo que Europa ya no podía darles.