Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Después del orgasmo, un orgasmo lento, sincopado, que viene anunciándose en todas las caricias dadas y las no dadas, María M. y el padre Javier no tienen tiempo para ternuras. El frío nocturno de febrero llega a la vicaría desde el desierto con su manojo de filos cortantes. Se visten de forma ágil, casi gimnástica. El padre Javier guarda el alzacuellos en la bolsa del pantalón. Ya no lo necesita. Aunque no tiene tiempo de confesárlo, el clímax llegó justo después de acariciar el sexo de la mujer con el rostro de Sor Juana impreso en verde.