Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Después del orgasmo, un orgasmo lento, sincopado, que viene anunciándose en todas las caricias dadas y las no dadas, María M. y el padre Javier no tienen tiempo para ternuras. El frío nocturno de febrero llega a la vicaría desde el desierto con su manojo de filos cortantes. Se visten de forma ágil, casi gimnástica. El padre Javier guarda el alzacuellos en la bolsa del pantalón. Ya no lo necesita. Aunque no tiene tiempo de confesárlo, el clímax llegó justo después de acariciar el sexo de la mujer con el rostro de Sor Juana impreso en verde.