Desde el zaguán un día se encontró escribiendo en las páginas de la afición ahí encontró el gusto y el sabor por la crónica cotidiana histórica, la del corazón. Amante irredento citadino, pata de perro, preguntón y fácil pal verbo, narro durante más de un año el pulso de la vida, que hoy es documento y un referido de los últimos acontecimientos en los barrios particularmente en Tepito donde persiste el lado oscuro su cultura