Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Un corazón bajo una sotana quedó ubicado entre los textos «juveniles» de Arthur Rimbaud, sin demasiado análisis, hasta 1971, fecha en que empiezan a percibirse distintos estratos y se descubre que bajo la «travesura de chiquillo» hay mucho más, por lo menos hasta tres posibles capas de lectura incrustadas en datos biográficos traspuestos, en relaciones contextuales del lenguaje y en el empleo de referencias de otros autores. Precursora de sus dos obras maestras, Iluminaciones y Una temporada en el infierno, Un corazón bajo una sotana supone un primer paso hacia la búsqueda de una nueva poética que termina desembocando en la crisis de mayo de 1871 y culmina con el «desarreglo de todos los sentidos»