Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Una epidemia paraliza el país pero propicia, a su vez, el encuentro entre una mujer deseada, La Tres Veces Rubia, y un hombre que desea, El Alfaqueque. Las palabras de éste parecen conseguir, calmar o sanarlo todo: producen fascinación. Hay algo en él de mensajero y, también, de ángel sin espada.
Su particular ética organiza el mundo, un mundo tan lleno de muerte como de contradicciones, donde por debajo de la muerte late, sin embargo, una pura vida que nada ni nadie podría enfangar de tan intensa.
Un encargo llevará a El Alfaqueque hasta personas y lugares insospechados para los lectores, más allá de tugurios y tabernas, en una suerte de trama detectivesca que a la vez se incardina en los grandes mitos de la literatura desde los clásicos griegos. Tragedia, redención, familia, sexo y muerte son las claves de una historia escrita en estado de gracia, como todas las de Yuri Herrera, y que parece tan bíblica que nadie diría que pertenece al presente.