Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Aunque la lectura de unos diarios siempre deja la sensación de estar invadiendo el espacio íntimo de otro ser humano, existen algunos casos en los que lo revelado es tan personal que sólo podría publicarse de manera póstuma, y sólo bajo el cuidado y selección de un amigo y albacea literario, como hizo Francis King, que seleccionó el material de J.R. Ackerley publicado como Mi hermana y yo.En estas páginas, Ackerley no escatima para describir con crudeza, casi con visceralidad, su tortuosa y fascinante relación con su hermana Nancy, terriblemente sola y celosa de la tía Bunny, al grado de intentar suicidarse para atraer (infructuosamente) la atención de su hermano Joe.