El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
La infancia es un tiempo de impresiones que se incrustan en la conciencia sin ningún matiz. Será mucho tiempo despueés cuando se logre desentrañarlas. Las palabras adquieren entonces el valor que dictaron aquellas circunstancias. No otro.