Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
«?En todo caso, el equivocado soy yo?, dijo. ?Ellos sólo querían la independencia, que era algo inmediato y concreto, y ¡vaya si lo han hecho bien!? Le tendió al médico la mano en los puros huesos para que lo ayudara a levantarse, y concluyó con un suspiro: ?En cambio yo me he perdido en un sueño buscando algo que no existe?.» Caído en desgracia tras su gran intento por unificar las regiones que de su mano alcanzaron la soberanía, enfermo del cuerpo y del alma, Simón Bolívar emprende la última jornada entre paisajes exuberantes y un pueblo que no sabe si renegar de su gloria o exaltarlo como inmortal. Esta novela, retrato esencial del Libertador, ilustra de modo insuperable las palabras pronunciadas por García Márquez en 1982 al recibir el Premio Nobel, acerca del destino humano: «?nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido.»